LUMEN

Memoria musical del Paisaje de la Luz
LUMEN. Memoria musical del Paisaje de la Luz
Mayo 2024 - Mayo 2025

19:30 h

Auditorio

Entrada: 7 €
 

Accesibilidad

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Con el objetivo de vincular la actividad musical con el resto de programación que se desarrolla en el centro, que acoge hasta julio la exposición dedicada a Notre-Dame de París y es sede permanente del Centro de Interpretación del Paisaje de la Luz, este ciclo propone un viaje entre los intercambios musicales de dos ciudades que cuentan con hitos de Patrimonio Mundial, París y Madrid, entre los siglos XII y XVIII.

Conciertos
08.05.2024 Europa ss. VI-XIV. Del canto visigótico a la escuela de Notre-Dame. Schola Antiqua

23.05.2024 Ars Polyphonica. Canciones, glosas y fantasías del Renacimiento Español. Camerata Iberia

04.06.02024 "Il Re di Spagna". Repertorio instrumental de los reinos hispanos del Viejo y Nuevo Mundo. La Folía

18.06.2024 Le Gran Ballet. Canciones y Danzas Francesas en la España del Siglo XVIII. Ars Atlántica

 

El Paisaje de la Luz forma figura inscrito en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 2022. Salón del Prado y Retiro constituyen los dos elementos que articulan el territorio identificado con aquella distinción. Dentro de sus márgenes, se ubican edificios e instituciones como el Museo del Prado, el Observatorio Astronómico, el Museo de Antropología o el Real Jardín Botánico, todos ellos vinculados de manera muy directa con la monarquía española. CentroCentro, ubicado en el interior del Palacio de Cibeles, alberga el espacio de Interpretación del Paisaje de la Luz creado por el Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid para dar a conocer a visitantes y usuarios el sentido y la riqueza que caracteriza a dicho espacio. Desde CentroCentro se quiere colaborar en ese ánimo de difusión y conocimiento, incorporando, directa o indirectamente, actividades suplementarias que aporten información o nuevos puntos de vista sobre sus peculiaridades. La programación de Notre-Dame de París. La exposición aumentada en primavera de 2024 se muestra como una ocasión propicia para esa conexión entre el territorio en que se inserta CentroCentro y sus contenidos.

La feliz coincidencia en el tiempo de ambos proyectos permite una nueva conexión. La música aparece como un nexo no solo entre ellos, sino entre las ciudades en que se insertan. París y Madrid, fundamentales en la historia de la cultura occidental como cabeza de dos de las monarquías más influyentes de Europa, han experimentado a lo largo de los tiempos un continuado proceso de influencias e intercambios en todos los ámbitos, siendo el de la creación uno de los más significados. Dentro de este, la música ha sido uno de los más destacados, si bien no de los más evidentes y conocidos. LUMEN. Memoria musical del Paisaje de la Luz quiere hacerse eco de esos trasvases e influencias.

La Catedral de Notre-Dame forma parte del sitio París, a orillas del Sena, inscrito en la lista del Patrimonio Mundial desde 199. Si bien su historia está marcada por hitos sobradamente importantes, cabe destacar, por antigüedad y alcance en su momento, la creación en el siglo XII de la Escuela de Notre-Dame, a partir de la cual la música occidental experimentó una revolución sin retorno con la introducción y desarrollo de un nuevo sistema de notación, así como de la polifonía. Su expansión por el occidente cristiano fue inmediata, incluyendo los territorios peninsulares, cambiando para siempre la expresión musical litúrgica. De los repertorios que agrupan un mayor y más significativo número de obras a través de las que se entienden estos nuevos códigos sonoros, uno de los más importantes, el conocido como códex Madrid, que se encuentra depositado en la Biblioteca Nacional. Aquella expansión aludida tendrá efectos en la Península Ibérica, constituyendo un primer episodio de la influencia recíproca que en materia musical experimentarán a partir de entonces los centros culturales franceses y peninsulares.

En esa dinámica de liderazgo en el rango de influencia, la música española del Renacimiento, tanto la vocal como la instrumental, es sin duda la verdadera cumbre de la Historia de la música española y uno de los hitos mayores de nuestra cultura. Muchos músicos hispanos sirvieron en las principales cortes y capillas europeas, se codearon con los mejores compositores de otras naciones e hicieron imprimir sus libros en las mejores imprentas musicales, especialmente en Venecia, Sevilla y Roma. Conectando con la tradición medieval, las composiciones contenidas en los grandes cancioneros de finales del siglo XV y ediciones del siglo XVI eran guiadas fundamentalmente por el respeto máximo al texto. Cancionero de Palacio, Cancionero de Upsala o los textos de Diego Ortiz, Luys de Narvaez o Juan de la Encina dan cuenta de las cotas alcanzadas y el rango de difusión e influencia logrado por la creación musical española de los siglos alumbrados por el renacimiento y el humanismo.

Un ejemplo de la presencia de la música española lo constituye el tenor “Il Re di Spagna” o, simplemente, “La Spagna”, identificado internacionalmente con nuestro país en los siglos XV y XVI. Junto con españoletas y folías, constituyen todo un repertorio formal representativo de la música española, que abarcaba no solo el territorio peninsular, sino Italia y América. A partir de aquí y su posterior desarrollo en los siglos XVI y XVII permitió que músicos y sonidos viajasen a América, donde se produjo un extraordinario episodio de hibridación con las sonoridades que proporcionó el nuevo mundo, propiciándose un viaje de ida y vuelta que repercutió directamente sobre los salones palaciegos de los últimos Austrias y, por extensión de las diferentes cortes europeas. Esta transferencia en función del poder e influencia de las diferentes naciones vivió un nuevo episodio con la expansión de la música francesa vinculada a Versalles, que gozó de un espacio para su disfrute en los palacios y jardines vinculados a la monarquía borbónica en España.

La confluencia de cuatro formaciones tan destacadas en el panorama musical actual español como Schola Antiqua, Camerata Iberia, La Folía y Ars Atlántica pone de manifiesto el interés que suscita la escucha de repertorios que podrían considerarse periféricos, fuera de los cánones barrocos o románticos más socorridos. Convocar en un mismo ciclo a esas formaciones pone de manifiesto otro aspecto enormemente importante y enriquecedor. Todos sus repertorios nacen de una intensa y continuada labor de recuperación de partituras, en un trabajo singular de rescate de un patrimonio histórico y cultural relegado a un segundo plano.