Acis y Galatea. G.F.Händel

Ópera pastoral (versión concierto)
Acis y Galatea
22.10.2018

20:00 h

Auditorio Caja de Música

Entrada general: 20 €
Entrada reducida: 17 €. Menores de 30 y mayores de 65
Abono de temporada: 126 € - 108 €
 

Solistas: Acis, Ariel Hernández, tenor; Galatea, Inma Férez, soprano; Polifemo, Mario Villoria, barítono; Damon, Fran Braojos, tenor
Ensamble y Coro de Niños de La Capilla Real de Madrid
Händel Oratorio Choir
Dirección: Oscar Gershensohn

Acis y Galatea es uno de los mitos clásicos recogidos en Las Metamorfosis de Ovidio. La acción de este relato se desarrolla, como es constante en esta obra, con personajes de ninfas y pastores que por indulgencia de una diosa o dios se transforman en ríos, árboles, rocas o animales como manera de perpetuar su existencia.

En 1717 un grupo de caballeros ingleses, entre los que se encontraban Alexander Pope y su amigo John Gay, fieles a la creación y corrientes literarias del momento, anunció una nueva traducción de Las Metamorfosis, creando gran expectativa. Händel se sirve de esta recreación del gran Ovidio componiendo una Masque –mascarada– que en la primavera de 1718 se estrenó a en la casa campestre del Duque de Chandos, protector suyo. Esta casa de campo situada en Edgware se encontraba suficientemente lejos de Londres como para ser agradablemente rural, pero lo bastante cerca como para volver a caballo a la hora de la cena. El Duque solicitó a Händel una ópera de cámara y el compositor reescribió una antigua serenata italiana que había presentado en Nápoles en el año 1708.  En el caso que nos ocupa el texto es de John Gay, y con el nombre de «mascarada» el autor la ligará así al género escénico más antiguo y propio inglés, aquel representado en la corte en los siglos XVI y XVII, con desfiles y bailes de disfraces de los nobles. Además está el hecho de su corta duración y de unos textos por entero en lengua inglesa.

Lejos de la sofisticada sociedad urbana y en la atmósfera campestre de la casa del Duque, se  presenta este relato de ninfas y pastores donde el cíclope Polifemo, con su ridícula pero amenazante figura, encarna la fealdad del alma, mientras que los enamorados Acis y Galatea representan la pureza sublimada, que convierte a los pastores y ninfas, entre los que se encuentra Damon –pastor compañero de Acis–, en una alegoría de lo mejor del  mundo natural. Polifemo, al contemplar los juegos amorosos de Acis y Galatea, enfurece y mata al enamorado, dejando caer sobre él una enorme roca. La fábula terminará con la metamorfosis: haciendo uso de sus poderes como semidiosa, una nereida, Galatea convertirá a su fallecido amado en un río, símbolo de vida e inspiración de poetas.

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