El nomadismo, un orden inestable e impredecible, canibalizado y mitologizado, actúa como una dimensión a través de la cual la película reconstruye una trayectoria que oscila entre el documental y la ciencia ficción. Un grupo de personajes viaja a pie a las afueras de Taipei sin tener un destino determinado. El camino que los personajes y la película deciden tomar, es el de vagar y estructurar una trayectoria en la que se acumulan y yuxtaponen signos, como los efectos del cambio climático, el desastre medioambiental, un conflicto armado, la represión política, la crisis económica, la mutación de un organismo desconocido, el colapso continuo. El camino se centra en evadir cualquier posibilidad de un punto fijo, prefiriendo la opacidad, camuflando y a la vez permeando lo que en un principio se encuadraba en los márgenes de la imagen: la dimensión no-humana.

Esta proyección y conversación con el artista se enmarcan en la exposición Un lago de jade verde.

Los proyectos de Mauricio Freyre parten de puntos ciegos, áreas oscuras, accidentes, distorsiones. Trabajando entre el film y la instalación, su trabajo subvierte y pone en cuestión modelos y sistemas de ideas y de representación en la arquitectura, la historiografía y el cine.