Nuestra Señora de las Comunicaciones es un apodo popular con el que vecinas y vecinos de Madrid rebautizaron al Palacio de las Comunicaciones de Cibeles. Este sobrenombre, cariñoso e irreverente como cualquier mote popular, hacía mención a la monumentalidad de las formas del edificio de Palacios y Otamendi, teniendo una extraordinaria capacidad de condensar y anticipar los sentires de un siglo de historia estrechamente entrelazado con los significados y connotaciones que hemos dado a la palabra "comunicacion".

Estos cien años de auge y caídas de ideologías y tecnologías, así como esta actualidad de nuevas propagandas nos recuerdan la urgencia de re-pensar las comunicaciones desde su origen etimológico: el acto de poner en común, de compartir e intercambiar de las maneras más variadas, mucho más allá de la simple transmisión de información verbal.

Con la intención de promover un espacio artístico de escucha, intercambio y colaboración, proponemos esta obra sonora participativa como una llamada a personas que quieran hacerse voceadoras y parte de un conjunto musical experimental que recogerá las comunicaciones de vecinas y vecinos de Madrid haciéndolas música, remezclándolas y organizándolas en una opera colectiva basada en el gusto por el pastiche, el collage historicista arbitrario y el eclecticismo radical.

Nuestra Señora de las Comunicaciones es, en concreto, una obra sonora participativa que explora otras maneras para hacer que los mensajes e instancias de los vecindarios de Madrid lleguen a construirse y a construir un nuevo espacio público resonante de las voces que podrían componer un coro del tamaño de una ciudad.

A cargo de Grupal Crew y Bruno Angelo